domingo, 11 de enero de 2009

8. Navidad: viaje a Brasil

Bon día a todos... Joeee, pero cuánto tiempo, no?? Comenzaba a echaros de menos y todo, jeje!! Bueno, antes de nada, recurro a los topicazos de siempre: Feliz Navidad, Feliz Año Nuevo, ¿Cómo se han portado los Reyes este año? ¿o el Olentzero o Papa Noel? y ya... suficiente...

Bueno, han pasado tres semanas desde nuestro ultimo contacto y como imagináis, tengo muuuucho que contar... y miedito me da la verdad, porque si os he metido grandes chapas en una semana de lo más normal, no sé cuánta extensión logrará este e-mail cuando lo acabe ni cuánto tiempo me tiraré escribiéndolo... Bueno, al final lo veremos... (En realidad ya lo sé pero mejor no os lo digo, jajaja)

He pensado que lo más efectivo es que os cuente cronológicamente el viaje que me he pegado por Navidad... Como ya os comenté, todo comenzó el martes día 23 cuando agarramos un bus hacia Ciudad del Este (una gran ciudad de Paraguay fronteriza con Argentina y Brasil) a las doce de la noche. Llegamos allá lloviendo a eso de las 6:30 y tras un desayuno, nos dispusimos a identificar el bus que nos llevaba a Puerto Iguazú (Argentina). Una vez montados dijimos al chófer que nos avisara en la aduana antes de salir de Paraguay para que nos sellaran pues ya nos habían advertido que de no hacerlo, luego podríamos tener bastantes problemas a la entrada de nuevo al país... ya sabéis, alguna multita malintencionada que presumiblemente podría irse directamente al bolsillo del poli... Pues nada, basta que nos avisaran para que el conductor pasara de largo y nos parara en una aduana, sí, pero en la de Argentina... Ya no había marcha atrás así que nada... Mejor no pensarlo y todo se sabría al final de viaje...

Una vez dejados nuestros bártulos en el hostal nos acercamos a la Terminal, preparados para conocer las cataratas que tantas ganas tenía de ver desde que llegué... Comenzamos el trayecto en un tren chu-chú que nos dejó próximos a una de las pasarelas superiores de las cataratas... Mientras nos íbamos acercando, comenzamos a experimentar el ambiente selvático que nos rodeaba... es decir, lagartos por en medio de nuestro camino, alguna que otra serpiente un poco larga para mi gusto, jeje, hormigas rojas y negras de un centímetro de largo... y lo más fuerte, cocodrilos bajo la pasarela... Por fin comenzamos a vislumbrar cierta muchedumbre lo que nos dio a entender que estábamos próximos... Comenzamos a sentir cómo gotitas de agua mojaban nuestro rostro y cuando nos quisimos dar cuenta allá estábamos, frente a una imponente catarata...la llamada GARGANTA DEL DIABLO... Chic@s, es indescriptible (ya me lo había dicho Marcela), no sé cómo se podría explicar lo que es aquello... simplemente una pasada... Millones y millones de litros de agua cayendo a un río que no se podía ver consecuencia de la fuerza del agua... Una maravilla de la naturaleza sin duda alguna!! Y no sólo eso, sino que allá donde mirases, veías toda una cordillera enorme con múltiples cascadas... Intenté sacar fotos, hacer videos... de todo, para lograr reflejar lo que mis ojos veían pero nada... fue inútil, una vez llegado a casa y descargadas las imágenes me di cuenta que bueno... como imágenes ilustrativas del paisaje estaban bien, pero sólo eso... hay que vivirlo...

Transcurrimos todo el día de un lado a otro, parándome en cada esquina y pasándole mi cámara a mis acompañantes, que con ardua paciencia, me sacaban fotos desde todas las perspectivas habidas y por haber... (quién sabe cuándo volveré... tenía que aprovechar, je)... A media tarde agarramos un barco que se aproximaba a las cataratas... Un alucine!!! Nos dieron chalecos salvavidas y unas bolsas herméticas para guardar nuestros enseres... y menos mal!!! yo pensé que se trataba de acercarse un poco a las cataratas, mojarnos un poquitín y vuelta a tierra pero no... nos acercamos de tal manera a ellas que acabamos empapados de arriba a abajo... como 10 jarros de agua cayéndote encima... además, por mucho que lo intentaras, era imposible mirar hacia la catarata por la fuerza del agua... Estuvo genial!!!

De allá fuimos ya al hotel de vuelta, duchita y a buscar un lugar para cenar que ese día era Noche Buena... encontramos un restaurante al aire libre un tanto txoni (lo digo por el ambiente y los personajillos que se podían ver) donde nos sirvieron asadito y ensalada y pronto para dormir porque estábamos agotados del viaje y de todo el día caminando... Vamos, que lo que se dice Noche Buena como comúnmente lo celebramos, pues no... es decir, había más poco sentimiento navideño entre nosotros!!!...

El 25 fuimos a Foz de Iguazú (Brasil) a ver de nuevo las cataratas, esta vez desde una visión panorámica... es decir, genial para sacar fotografías pero hasta ahí... donde esté el vivirlo como en el lado argentino que se quite todo lo demás...

Esa noche viajamos en bus desde Foz a Curitiba... Llegamos tempranito y tras comprar en la terminal los billetes de buses para continuar el viaje los próximos días, nos fuimos a dar una vuelta... La verdad, no tiene gran cosa... Una ciudad comercial, con un bonito parque botánico y con un sistema de paradas de autobuses un tanto peculiar donde el viajero que desea agarrar el colectivo espera en una parada cilíndrica bastante elevada del suelo, como un tubo... y cuando llega el bus, una plataforma se despliega desde éste a la parada para que el peatón acceda... es decir, es imposible subir al autobús desde la calle a no ser que sea casi escalando, je... puesto que la puerta del bus queda muy alta del asfalto...

Y al día siguiente nos tocaba vivir el Tren Serra Verde ¿Os acordáis que os hablé de un tren que iba por una zona acantilada y que me habían dicho que era pura adrenalina? Pues ese... Bueno, el viaje fue muy lindo, por en medio de la selva... donde podíamos ver algún que otro salto de agua... y lo del acantilado, pues bueno, sí, hubo una parte que pasaba por un puente con una grandísima caída... pero mi problema fue que olvidé montarme en el lado izquierdo del tren, que es a través del cual se apreciaba verdaderamente la sensación de vértigo... por lo que me levanté, me acerqué e invadí el espacio de los asientos de una pareja (les dije que era solo un momentillo para sacar una foto... pues bueno, me tiré allá entre sus piernas todo el trayecto del acantilado... Sé que tiene que joder, a mi me hubiera jodido... pero no había pagado para quedarme sin verlo así que... una sonrisita cada vez que les miraba solucionaba todo, jeje).

Llegamos a Paranaguá donde comenzamos a respirar ya el lado brasileiro que tanto nos venden en los documentales, pelis, agencias de viajes... es decir, grandes extensiones de verde, el mar, las palmeras a lo largo de un gran paseo... Allá agarramos un barco que nos llevaría a nuestro próximo destino: ILHA DO MEL (isla de la miel). A mitad de trayecto (que eran dos horas), cual fue mi sorpresa cuando vi algo raro en el mar... miré fijamente y avisé a mis compis de que miraran hacia esa zona... Todas las cabezas del barco comenzaron a señalar con el dedo y cuando miré más fijamente... allá estaban, dos delfines haciendo su aparición en la superficie del mar... Yo, que durante el viaje tanto me mimeticé con la cámara de fotos, intenté vanamente capturar ese momentazo pero fue inútil... por lo que decidí, muy a mi pesar, dejar la cámara a un lado (mira que cuesta ehhh!!) y simplemente ver... Y he de decir que mereció la pena porque a partir de allí, en el transcurso de lo que quedaba de viaje, vimos varios delfines más...

Llegamos a la isla... concretamente a Praia das Encantadas, donde habíamos reservado el hostal... Tras desembarcar, comenzamos a medio callejear (si a eso se le pueden llamar calles) entre los diferentes hostales y campings (o mejor dicho, casas cuyo propietario aprovecha una habitación libre o su terrenito para convertirlo en zona de hospedaje para turistas) hasta que una señora, viéndonos perdidos, nos ofertó alojamiento en su casa y al decirle que ya teníamos reserva en el Camping Clodo... se acercó muy cordialmente a nosotros para indicarnos el camino con el brazo alzado, el dedo y unos cuantiosos pelillos asomándose bajo el hombro...jajaja. A ver, no me malinterpretéis, cada uno es libre de hacer con su cuerpo lo que quiera pero sí me sorprendió porque en Paranaguá, durante la comida en un restaurante, la mujer que estaba sentada a nuestro lado tenia unas pelambreras en las piernas... pero no de esas que te dejas durante los meses de invierno porque nadie te va a ver... sino de esas en las que has tenido que dedicarle cuidados intensivos durante varios años para lucir largos y frondosos tus pelos, jejeje... Oye, cada cual es libre ehh!!!

La señora, super simpática... Nos preguntó si éramos argentinos y cuando le dijimos que no, dijo ¡¡¡Menos mauuuu, argentinos primos; no irmaos (hermanos)!!! Y es que no sé aun exactamente por qué pero ni en Brasil ni en Paraguay soportan mucho a los argentinos… Dicen que son bastante prepotentes, que te miran por encima del hombro y todo eso… Ya veis, yo ya sabía algo de la antipatía que procesan los paraguayos a Brasil y Argentina consecuencia de la Guerra de la Triple Alianza, donde argentinos, brasleiros y uruguayos se aliaron para desposeer de tierras al Paraguay, hacerse con sus innovaciones tecnológicas e infraestructuras (Paraguay fue el primer país de Latinoamérica en tener el telégrafo y la primera línea ferroviaria además del monopolio metalúrgico) e impedirles el paso al mar… De eso han pasado más de 150 años pero ciertos resquicios aun permanecen en la mentalidad del paraguayo… Y a pesar de que a día de hoy, las relaciones con Argentina se han calmado y aun mantienen cierta lucha con los brasileños por la represa de Itaipú, profesan a éstos últimos cierta amistad y les ven como el ejemplo a seguir para el alzamiento y mejora del país…

Bueno, después de esta mini acotación histórica, continuo con el relato… Llegamos al hostal regentado por Tanhia… una mujer que junto a su togo (escoba) –lo digo porque los 5 días que allá estuvimos no se despegó de ella, jaja) nos sirvió de consejera turística… Bueno, no me voy a extender explicando cómo es la isla… (se nota que comienzo a cansarme de escribir, ehhh!! Y vosotros de leer seguro que también, je… queda poco ya, aguantadd!!)… Sólo deciros que me encantó, un lugar paradisiaco en toda regla, playas enormes de blanca arena finísima que creaban un gran contraste con las aguas azules y los verdes paisajes de los montes… Me recordó a las típicas imágenes que nos muestran en la Gala primera de “Supervivientes”…

Lo bueno de todo ello es que fueron unos días de tranquilidad absoluta, sin coches ni buses, con playas casi desérticas (gracias a su capacidad limitada de 5000 personas que controlan a través de un contador) y con kilómetros de paseos entre montañas para ir de una praia a otra… Además, uno de los días agarramos un viaje en barco para ir a ver la bahía de los delfines (esta vez pudimos verlos desde más cerca y mayor cantidad de ellos), a la Fortezza, una fortaleza que sirvió para proteger la entrada al puerto de Paranaguá, ver desde fuera la Reserva Ecológica que hay, donde no puede acceder ni habitar nadie a excepción de unas tres familias que no lograron que se fueran de allá cuando declararon a la reserva Patrimonio de la Humanidad…

En definitiva, fueron 4 días geniales, de lindos paisajes, de buenos baños en el mar (donde tenías los delfines de nuevo a unos 20 metros de ti de distancia) y de comida típica de la zona con camaraos etc… Aiiii, hablando de comida… tengo que contaron que una noche nos fuimos a cenar a un puestito en la playa donde hacían pinchos morunos… Había tres o cuatro variedades entre carnes y queso así que pedimos dos de cada para los cuatro para probar un poco… Mirad, en mi primer pinchazo a uno de los trozos noté como la textura al clavar el tenedor era diferente a la que suele ser normal con las carnes: más blandita… no sé, presentí algo raro… me lo acerqué para verlo (tened en cuenta que era de noche y es una isla que no posee luz a excepción de los generadores eléctricos propios de cada casa o restaurante) y vi que no era un trozo de carne como generalmente se le conoce… Miré la carta de nuevo que estaba colgada en la pared y leo “Carne” y en el renglón de abajo, “Coraçoes”… grrrrrr, eran corazones de pollo y todo aquel que me conozca, sabe bien que ese tipo de comidas como hígado, mollejas… me dan bastante asquito… Así que nada, lo dejé en el plato de nuevo, me dediqué a comerme el resto de variedades –cerciorándome primero a través de la carta y una observación previa antes de que fuera engullido, je- que se trataba de una comida normal… Deciros que los corazones acabó comiéndoselos todos el otro Iker…je, grrrr!!!

Bueno, pues tras pasar unos espléndidos días en Ilha do Mel nos dispusimos a viajar al que sería nuestro último destino en Brasil y donde pasaríamos nuestro último día del año: Florianópolis… Tras 6 horas de viaje en los asientos delanteros del bus soportando grandes calores que se filtraban por la cristalera (vamos, que creímos que sería bonito ponernos en primera plana del bus para ver el paisaje pero no nos percatamos que el sol pegaba fuerte y el calor que se colaba a través de las cristaleras era mucho mayor que el frío que desprendía el aire acondicionado… es decir, que llegamos todos achicharrados) llegamos a Floripa (así es como la llaman) a eso de las 7 de la tarde…

Rápidamente, dejamos nuestras cosas, nos fuimos al super a hacer la compra para la cena y a las 21 horas tomamos las uvas con todos vosotros… Después cenamos y tras preguntar a que playa podíamos ir a celebrar la Rebelión (Año Nuevo) y aconsejarnos la Praia da Mole… comenzamos a andar para allá… Pues mirad, en mitad de camino por la rivera del lago vimos a una gran masa de gente toda vestida de blanco que estaban haciendo la cuenta atrás… y menos mal, porque ni nos habíamos dado cuenta de la hora que era… así que fueron, 3, 2, 1… FELIZ AÑO NUEVOOOOO!!! Y como mandaba la tradición, saltamos tres olitas del lago (suele ser del mar pero se nos hizo tarde…) mientras pedías tu deseo y luego, como no teníamos rosas que tirar, reciclamos una que ya habían tirado y uno a uno la fuimos tirando y recogiendo, tirando y recogiendo de nuevo, jajajaa… así hasta haberla tirado los cuatro… (Eso mejor que nada, no???) El resto de la noche fue un poco chofff… caminamos cerca de una hora a la playa para que no hubiera nada, es decir, nos la metieron doblada, así que vuelta de nuevo… ya eran las 3 de la mañana… le dije a Iker para irnos tomar unas caipirinhas y las chicas se retiraron porque estaban muy cansadas… Pues ya veis, podría haber estado mejor pero bueno… no me quejo…

El día siguiente fue de playa pero la verdad es que no nos moló nada… Floripa es como una especia de Benidorm, toda masificada, playas a rebosar… vamos, que viniendo de Ilha do Mel no era nada para echar cohetes así que bueno… mis pretensiones de quedarme algún día más se fueron al garete y el día dos comenzamos la partida hacia Asunción… Nos esperaban 21 horas de bus… y para colmo, el autobús más incómodo que cogimos en todo el viaje… sólo deciros que la empresa se llamaba Boquerón, jajaajaja…

Y ya está… peazo chapada que os he pegado ehhh!!! Bueno, deciros que el tema de pasar la frontera de nuevo a Paraguay no se dieron cuenta de que faltaba el sello de salida del país… También me encargué yo de camuflarlo con la cartilla amarilla de la vacuna de la Fiebre Amarilla…

Pues ya veis, todo este ha sido mi viajecito… Espero que vosotros lo hayáis pasado también muy bien… y ya sabéis, como siempre, deseoso que me contéis vuestras cosas, por muy rutinarias que sean… pero se agradece…

Señor@s, me despido de ustedes hasta la semana que viene… Como siempre, besos y abrazos

Iker

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